Que no se vaya nadie sin devolver la guita
  Que no se vaya nadie sin devolver la guita
Titolo Que no se vaya nadie sin devolver la guita
AutoreENRIQUE PINTI
Prezzo€ 2,99
EditoreSUDAMERICANA
LinguaTesto in
FormatoAdobe DRM

Descrizione
Otro libro en que Enrique Pinti con su característico humor da cuenta de un momento histórico de la República Argentina. El humorista toma críticamente la serie de hechos que se desencadenaron en nuestro país en Diciembre del 2001. A través de cada nuevo libro de Enrique Pinti podemos anticipar parte de lo que va a ocurrir en la República Argentina. Y no se trata de que este máximo monologuista tenga poderes de adivinación ni de que posea información secreta, sino que su análisis de la realidad pasa por un sentido que pocos poseen: el sentido común. El sentido común que no se deja obnubilar por el deseo o la fantasía. Sobre este punto, Pinti nos aclara que nunca permitió que sus opiniones fuera arrastradas por las ideologías en boga que vaticinaban la revolución a la vuelta de la esquina. Desde hace tiempo sabe que nuestro pueblo es mucho más complejo de lo que la mayoría supone. Él se ve a sí mismo yt a todos nostros tal cual somos, y disecciona con mano firme a los políticos que siguen con su empecinado autismo frente a este derrumbe, a este horroroso presente cartonero, a este naufragio de toda la sociedad. Si observamos los cacerolazos, los escraches y los piqueteros cortando rutas, pensaríamos que figuras como Rodríguez Saa, Menem o De la Sota no podrían ser electos ni en un pueblito perdido de la selva misionera. Sin embargo, a pesar de todo lo que vemos, continúan encabezando las encuestas y es probable que uno de ellos sea el próximo presidente de los argentinos. Vivimos épocas de gran confusión donde casi nadie puede prever cómo será el día de mañana, y Enrique Pinti no es una excepción. Siento lo mismo que cualquiera de nosotros, pero intenta que pensemos juntos un futuro mejor para la gente. Pese a todo, en este libro logra destrañar algunos misterios nacionales, y lo hace con un lenguaje directo, con todo el poder de su ironía, son su legítima bronca deslenguada. Y con su compromiso de siempre.