El propósito de este pequeño Tratado es mostrar la gloria y la suficiencia total del Señor Jesucristo, y animar a los creyentes débiles a glorificarlo más, dependiendo y viviendo más de su suficiencia total. Cualquier gracia que Él haya prometido en Su Palabra, Él es fiel y todopoderoso para otorgarla; y ellos pueden recibirla de Él libremente por la mano de la fe.
Este es el uso y oficio de la fe, como mano o instrumento, habiendo recibido primero a Cristo, para estar recibiendo continuamente de la plenitud de Cristo. El apóstol llama a esto "vivir por la fe": una vida recibida y continuada, con toda la fuerza, consuelos y bendiciones que le pertenecen, por la fe en el Hijo de Dios.
También menciona la obra de la fe, su acción eficaz en los corazones y las vidas de los creyentes, mediante el fortalecimiento de Cristo, y su crecimiento en ellos, sí, su crecimiento en gran manera, de fe en fe, por el poder de Aquel que los ama.
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