Joachim, capitán de la nave estelar Peregrine y líder de su clan de vasto alcance, comandaba a un pueblo como ningún otro antes que él. Los Nómadas —descendientes de los gitanos y vikingos de la Tierra que surcaban el espacio— no vivían en planetas, sino a bordo de sus imponentes naves, libres de las ataduras de cualquier mundo. Una vez al año, sus flotas dispersas se reunían en su refugio secreto, Rendezvous, para sostener la frágil red de leyes que unía a su sociedad errante. Este año, Joachim trajo noticias inquietantes: cinco naves Nómadas habían desaparecido en un sector remoto e inhabitado del espacio, y no había sido por accidente. Mientras tanto, Trevelyan Micah, del Servicio de Coordinación de la Tierra —el corazón burocrático de la civilización galáctica—, veía a los Nómadas como errantes ingobernables, una fuerza desestabilizadora en una federación ya de por sí tensa. Pero nuevas y alarmantes pruebas lo arrastraron hacia una incómoda cooperación. A través de mundos distantes, habían aparecido plantas y criaturas idénticas donde no podrían haber evolucionado de forma natural. En algún lugar de ese mismo sector donde desaparecieron las naves, algo estaba actuando. Entre los Nómadas se encontraba Sean, joven aunque endurecido por una pérdida personal. En Rendezvous, conoció a Ilaloa, una mujer tan fascinante como misteriosa; quizá no del todo humana, quizá algo más. Su encuentro desencadenaría un viaje más profundo, uno que entrelazaría el destino tanto de los Nómadas como de los colonos. A medida que Joachim y Micah profundizaban en su investigación, ambos intuyeron la verdad: una inteligencia desconocida, vasta y con un claro propósito, se movía a través de la galaxia, expandiéndose hacia el espacio humano. Los Nómadas temían quedar atrapados entre esta fuerza alienígena y la rígida autoridad de la Tierra. La Tierra temía repetir sus errores más antiguos: el conflicto nacido del miedo y la incomprensión. En este relato épico de un mañana distante, mientras la humanidad se adentra cada vez más en las estrellas, una verdad permanece: sin importar cuán avanzada sea, la gente sigue amando, temiendo y luchando como siempre lo ha hecho, incluso al enfrentarse a lo desconocido cósmico.